¿ES BUENA IDEA EL CONTROL DE PRECIOS DE LOS ALIMENTOS?

Hace unos días, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, planteó que, si la inflación sigue aumentando, se podrían establecer controles de precios para alimentos.

En marzo, la inflación llegó a 7.45% a tasa anual, su nivel más alto desde enero de 2001, pero el precio de los alimentos de la canasta básica se dispararon 13.4%, lo cual ha impactado directamente a las familias de todo el país.

“Hemos podido controlar la inflación con el manejo en los precios de los combustibles, y lo mismo vamos a hacer en el caso de los alimentos si se prolonga la inflación o si se mantiene alta”, mencionó el mandatario durante una de sus conferencias matutinas.

Pero contrario a lo que se plantea desde el gobierno federal, lo cierto es que un control de precios no es una idea inteligente, ya que el control de precios suele generar mercado negro, especulación, acaparamiento y escasez de productos, advirtió Luis Fernando Haro, director del Consejo Nacional Agropecuario.

El control de precios fue una actividad común en otros tiempos de la historia de México, como durante los sexenios de José López Portillo o Miguel de la Madrid, donde los índices inflacionarios alcanzaron niveles de 80% o más.

“Si no funcionó antes, mucho menos podría funcionar el día de hoy, porque estamos en una economía abierta y estamos viviendo una crisis inflacionaria a nivel mundial derivada del problema de la pandemia que dejó una economía debilitada en el mundo y en México; además, ahora todo se complica con el conflicto entre Rusia y Ucrania. Entonces, pensar en una medida de controlar los precios no trae más que el efecto contrario al que se pensaría”, declaró durante una entrevista radiofónica en MVS Noticias.

“Dile a cualquier empresario que venda su producto por debajo del precio de producción y que tenga pérdidas por un tiempo, entonces no es una medida inteligente ni que vaya a funcionar”.

El control de precios genera mercado negro y especulación, lo cual provoca una escasez de productos que hace que disminuya la oferta y aumente la demanda, por lo que se empiezan a vender a precios más caros.

“Con esto, la más afectada es la población de ingresos más bajos, que casi 70% de su ingreso lo dedican a la alimentación”, indicó Haro.

Muchos factores

Asimismo, analistas consultados por la revista Expansión dijeron que esta medida puede funcionar en un corto plazo; sin embargo, se deben implementar acciones para atacar el problema de fondo, que es la falta de producción local de alimentos.

Problemas como las interrupciones que se han vivido en las cadenas de suministros del planeta –que se se ha reflejado también en la logística de transporte de mercancías– y la invasión de Rusia a Ucrania han empeorado esta situación, coincidieron los expertos.

Los granos, frutas y hortalizas también dependen de cuestiones climáticas, y tanto las lluvias como la sequía afectan la producción y alteran los costos de producción y los precios finales, advirtió Fernando Cruz, socio del grupo consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

El mercado se rige por la ley de oferta y demanda, y el maíz, que este año supera los 7,000 pesos por tonelada, tuvo un incremento cercano al 50%, comparado con el año pasado debido a que México es una economía abierta, ejemplificó.

Se dispara la canasta básica

De acuerdo con el monitoreo que realiza el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), el aumento de precios en productos básicos hoy está tres veces por arriba de la meta de inflación que tiene trazada el Banco de México, que es de 4%.

Por segmentos, este estudio muestra que el índice de precios de proteína animal registró un incremento anual de 9.4% y mensual de 0.6%.

El mayor impacto se observa en la carne de res, cuyo kilogramo pasó de 146.3 pesos a 173.1 pesos en el último año, es decir, un alza de 18.3%; en cuanto al tocino, este producto subió 13.4%, la leche 12.9%, la carne de pollo 10.3% y la carne de cerdo 10.9%.

De acuerdo con el GCMA, estos incrementos son producto de mayores precios al productor, encarecimiento de las materias primas y alzas en la cadena de suministro.

En cuanto a granos y abarrotes, los precios crecieron 5% anual y 0.8% mensual, destacando el 21.2% de la harina de maíz y el 19% de la tortilla de establecimiento, este último clave en la dieta diaria de aproximadamente 90% de los mexicanos.

Asimismo, el índice de precios anual de frutas aumentó 33.5% anual, y de manera mensual, disminuyó 0.4%.

Por último, el índice de precios hortícolas reflejó un incremento anual de 15.8% y un descenso mensual de 3.8%, destacando la cebolla, que muestra el incremento más alto de la canasta al pasar de 12.6 a 37.9 pesos por kilo, es decir, un incremento de 200%.



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