La tecnología ayuda a evitar la dependencia alimentaria de México

La dependencia alimentaria de México rebasó el 20% del total de productos básicos, debido a que cada vez se importan más para cumplir la demanda, como en el caso de la carne de aves y de cerdo, leche, maíz, trigo y arroz. 

Tan solo de este último alimento, de 2006 a 2020, México pasó de importar el 15% que consumía a 83%, mientras que las importaciones de trigo pasaron de 55% a 65%. En el mismo periodo, las importaciones de carne de cerdo pasaron de 34% a 39%; las de maíz, de 26 a 37%; de leche, de 15.7% a 22.7%, y de carne de aves de 13.7% a 21.4%.

El resultado es que este aumento en las importaciones, y la consiguiente dependencia del exterior, hacen que México esté cada vez más lejos de lograr una autosuficiencia alimentaria.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los países deben establecer su consumo interno con al menos 75% de producción nacional, lo que no se cumple para casi todos estos productos.

Aunque la autosuficiencia alimentaria –basada en menores importaciones y mayor producción nacional– suele mencionarse en todos los discursos y promesas del gobierno actual, la realidad es que hay pocas garantías en el campo para que esto se logre.

Así, el campo vive en la incertidumbre debido a aspectos como la poca claridad de los programas de apoyo al sector, los cambios en las políticas del ramo y la reducción en el presupuesto que eliminó los apoyos para la agricultura comercial.

Hoy, México necesita tener una visión de mediano y largo plazos en las políticas sectoriales con el objetivo de brindar certidumbre en los programas de apoyo a los productores.

La mejor opción

En ese contexto, una de las apuestas que se deben tener en el campo, no solo para lograr la autosuficiencia alimentaria, sino también para cooperar con temas como la eliminación del cambio climático, es la inversión en tecnología.

Las nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura son capaces de, por ejemplo, predecir variables como los cambios del clima, la llegada de plagas y el surgimiento enfermedades, información con la que se podría hacer un correcto manejo de ellas.

Es necesario que los agricultores mexicanos transiten hacia una transformación digital y aprovechen ventajas como la ciencia de datos para ayudar a la agricultura a ser más productiva, sostenible y eficiente.

En cuanto al medio ambiente, se estima que los sistemas alimentarios del mundo emiten más de 33% de las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que 75% del suministro mundial de alimentos proviene de solo 12 especies de plantas y 5 de animales.

Por esa razón, es importante que en el mercado haya más alimentos sustentables que tengan un menor impacto ambiental, como las frutas y verduras de temporada, lo cual se podría lograr con una buena implementación de la tecnología que hoy existe.

En México hay varios alimentos sustentables que podrían ayudar a tener un  mejor futuro, como nopal, flor de calabaza, jícama, camote, frijoles negros, habas, lentejas, amaranto, quinoa, arroz integral, col verde, espinacas, berros, linaza, ajonjolí, alfalfa y garbanzos.

Con la aplicación de herramientas tecnológicas, se podría gestionar todavía mejor la producción de estos alimentos, generando un ganar ganar para consumidores, productores y el planeta en general.  

Otra tecnología útil en el campo es la inteligencia artificial (IA), la cual puede tener diferentes usos en la agricultura. Por ejemplo, los algoritmos de IA se utilizan en granjas verticales para analizar factores ambientales –como la temperatura y el agua– con el fin de que los alimentos crezcan de manera más eficiente y utilizando la menor cantidad de recursos.

La gestión del agua es otro aspecto que puede resolverse con una buena implementación de la tecnología, logrando así y un manejo eficiente que se traduzca en un sistema agrícola más sostenible.

Y es que la productividad agrícola está íntimamente relacionada con el de productividad del agua, es decir, la relación entre el volumen de alimentos producidos con respecto al agua utilizada.

La cantidad de agua que necesita un cultivo para la máxima producción, depende de las condiciones climáticas y del estado de desarrollo del mismo y es básicamente la cantidad de agua que consume en un cierto tiempo. Esto es muchísimo más fácil de gestionar mediante herramientas de monitoreo y análisis de datos.

De esta manera, las estrategias de reducción de huella hídrica en la agricultura pueden mejorar sus rendimientos, desde la mejora de la estructura del suelo y su fertilidad, hasta la selección de variedades de cultivos y patrones de siembra apropiados, lo cual requiere conocimiento detallado de la gestión agrícola y del contexto local.

En resumen, la tecnología puede ayudar a evitar la importación de mayores cantidades de alimento, y México garantizaría su seguridad alimentaria, asegurando temas como la generación de impuestos y la creación de empleos.



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