- 4 marzo, 2021
- Posted by: mxagro_admin
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Cambiar el glifosato por el machete para limpiar las cosechas a mano, fue la propuesta que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador a los productores del campo mexicano durante su conferencia mañanera del pasado lunes 22 de febrero.
“Este agroquímico se utiliza para matar hierbas. Así es, ¿no?, es un herbicida. Entonces no hay que descartar el machete y la tarpala, y dar trabajo a la gente, o sea, hacerlo manual”, sugirió.
Estas declaraciones provocaron reacciones de tristeza, decepción y humillación entre la gente del campo, ya que evidencian el desconocimiento del tiempo que tardaría ese proceso y, por lo tanto, provocaría el aumento de los precios que podrían llegar hasta 200% más debido a la mano de obra, herramientas y otros insumos extra que se necesitarían.
La tecnología con la que actualmente cuenta el campo sirve para lograr mayor producción con menor inversión; sin embargo, una “solución” como la que plantea el ejecutivo llevaría al campo a una situación que no había vivido desde tiempos del Porfiriato.
La propuesta que hizo López Obrador –más enfocada al asistencialismo que a la productividad que realmente necesita el campo mexicano–, generaría una baja en la productividad de los agricultores mexicanos de hasta 30%.
El campo es el sector más fuerte de la economía mexicana
Hasta hoy, el campo ha sido uno de los sectores más fuertes del país. Durante la contingencia sanitaria, la economía de México retrocedió hasta 9.8%, mientras que el campo creció alrededor de 27% en el mismo periodo e, inclusive, si se consideran los últimos ocho años, ha estado creciendo hasta 50 % más que el resto de la economía nacional en su conjunto; sin embargo, con la prohibición del glifosato, todo esto se podría perder e impactaría la producción y rentabilidad agrícola de manera importante.
Asimismo, la agricultura genera, aproximadamente, 7 millones de empleos en zonas rurales de México, por lo que “propuestas” como la que plantea el presidente podrían hasta parecer una broma, sin embargo, la realidad es que se pondrían en riesgo la economía, el bienestar y la salud de esos mexicanos y sus familias.
Si a los agricultores les quitan herramientas que no están prohibida en ningún otro lugar del mundo y que, además, está comprobado que no dejan residuos y se descompone en la tierra, la seguridad alimentaria de México se podría ver gravemente comprometida.
Entonces, al usar machete en lugar de un herbicida, los procesos del campo se tardarían hasta 10 veces que ahora, por lo que algo tan común hoy en las grandes y pequeñas ciudades del país, como comerse una tortilla, podría convertirse en algo difícil de lograr porque productos como el maíz se tendría que importar y, al final, ¿quién pensaría que un taco podría ser un artículo de lujo?
Lo ideal es evitar posturas ideológicas y privilegiar el diálogo franco y abierto con la autoridad en el que se planteen proyectos y posturas basadas en la ciencia.