POR QUÉ LOS DRONES AYUDAN A LA AGRICULTURA

En la agricultura, el uso de drones hoy se extiende aceleradamente en tareas como la producción de cultivos, sistemas de alerta temprana, reducción del riesgo de desastres, silvicultura, pesca y conservación de la vida silvestre. 

Y es que la agricultura de precisión –es decir, aquella que recurre a las nuevas tecnologías y la gestión digital para aumentar la cantidad y la calidad de la producción con menores costos– combina datos de sensores e imágenes con datos en tiempo real, además de análisis para mejorar la productividad agrícola mediante el mapeo de las variables en el campo, y los drones son herramientas básicas para ello.

Los drones pueden mejorar la salud del suelo, realizar escaneos, monitorear la salud de los cultivos, ayudar en la planificación de programas de riego, aplicar fertilizantes, estimar datos de producción y proporcionar datos valiosos para el análisis meteorológico, entre otras labores.

En ese contexto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) considera a estos dispositivos como una nueva herramienta agrícola capaz de contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

¿Cómo ayudarían en México?

En lo que respecta a México, en 2020, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reportó que 55% del territorio mexicano presentaba afectación por erosión y desertificación, especialmente en el norte del país, agravándose con la reducción en la disponibilidad del agua por sobreexplotación de los mantos acuíferos y los fenómenos de sequía; lo que contribuye a la pérdida de suelos fértiles y a la función reguladora de los ecosistemas de suministrar bienes y servicios.

Es por ello que tecnologías como las que aportan los drones ofrecen ventajas en el país como estas:

1. Identificar los ecosistemas dañados.- A través de imágenes multiespectrales, hacen una función similar a la de los rayos X, lo que permite conocer los sitios precisos del terreno en donde es necesario reforestar.  

2. Ahorrar tiempo, esfuerzo… y dinero.-  A diferencia del proceso de reforestación tradicional, que puede ocupar un largo periodo de tiempo si se trata de grandes extensiones a plantar, el uso de drones permite dispersar cientos de miles de semillas en un solo día, esfuerzo que, de la manera tradicional, representaría el trabajo de un mes empleando a 10 personas.

3. Acceso a áreas remotas sin poner en riesgo vidas humanas.- Plantar diferentes tipos de vegetación en zonas retiradas y terrenos accidentados no es tarea fácil, por fortuna, basta con sobrevolar un dron para evitar cualquier riesgo. 

4. Dispersar diferentes especies de vegetación.- Cuando se reforesta con técnicas tradicionales suele plantarse una sola especie de árbol; en cambio, los drones permiten dispersar semillas de diferentes especies propias de cada ecosistema.

5. Recuperar la vegetación después de un incendio forestal.- Este tipo de acción permite que en el mismo año en que se presentan este tipo de afectaciones se puedan reforestar, evitando una mayor exposición y pérdida de suelos en estos sitios.

De acuerdo con la FAO, el uso de vehículos aéreos no tripulados (los drones) y el análisis de datos recopilados con estos sistemas tienen un gran potencial para respaldar y abordar algunos de los problemas más urgentes que enfrenta la agricultura en términos de acceso a datos de calidad procesables en tiempo real.

De hecho, la empresa de consultoría, Goldman Sachs, predice que el sector agrícola será el segundo mayor usuario de drones en el mundo en los próximos cinco años.

El futuro cercano

Otra consultoría, Orbis Research, sostiene que, en 2024, el mercado de la agricultura con drones moverá 3,770 millones de dólares en el mundo y, a medida que aumente su uso, se abaratarán, lo que acelerará la automatización de algunas tareas agrícolas.

De acuerdo con Orbis Research, el reto es poner esta tecnología al alcance de los pequeños productores y las comunidades locales para mejorar su productividad y optimizar sus recursos materiales y naturales.

Asimismo, la capacidad de los drones crecerá gracias a su combinación con el nuevo protocolo móvil 5G, el internet de las cosas (IoT), la inteligencia artificial y cualquier otra tecnología que impulse la productividad agrícola y de otros sectores como la pesca y la ganadería.

Las redes de sensores basadas en IoT se utilizan cada vez más en el sector agrícola para enfrentar el desafío de recopilar información significativa y procesable a partir de los macrodatos generados por estos sistemas. 

Garantizar la seguridad alimentaria, es decir, disponer de la cantidad suficiente de alimentos de calidad para una población planetaria que superará los 9,000 millones a mediados de siglo, es uno de los mayores desafíos de la historia, pero aprovechando la tecnología se podría hacer frente a ese hecho con mayor preparación.

La FAO reitera que la reducción del impacto medioambiental en la agricultura es otra de las consecuencias positivas de esta tecnología aérea debido a que su precisión milimétrica al generar mapas desde al aire permite calibrar riegos y calcular la aplicación correcta de sustancias como fertilizantes, pesticidas o herbicidas en dosis ajustadas a la necesidad de cada zona, lo que ayuda a evitar un uso indiscriminado, excesivo y con mayor impacto contaminante.

En consecuencia, a los costes reducidos del dron y su uso comparado con otros medios aéreos hay que añadir el ahorro de agua y productos agrícolas, además de tiempo de trabajo y gestión.

Así que impulsar la modernización del campo hoy es vital para poder seguir garantizando que los alimentos lleguen todos los días a las mesas de las familias mexicanas.



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