Seguros agropecuarios

Cada vez es más difícil acceder a seguros en el campo
El Presupuesto de Egresos de la Federación para 2021, presentado hace unos días, no
contempla el subsidio para la prima del seguro agropecuario, la cual es operada por
Agroasemex, y que se utiliza para la contratación de la póliza con empresas privadas, así
como con fondos de aseguramiento.
La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) advierte que esto deja en
vulnerabilidad a productores, ya que si se registra algún tipo de siniestro, perderán sus
productos.
“Hay también productores más pequeños que van a padecer y el aseguramiento
agropecuario, por razones de elasticidad de demanda, al no tener este incentivo del
subsidio, va a reducir de forma importante la prima y quedará descubierta una parte muy
importante de los cultivos a nivel nacional”, apuntó Recaredo Arias, director general de
AMIS en una entrevista con el diario El Universal.
En 2020, las aseguradoras reportaron una baja de más de 50% en el subsidio, lo que
impactó en la contratación de pólizas para el agro. “Al no contar con un subsidio para el
agricultor para su seguro, va a caer la demanda. Ahora que se canceló en 2020, tuvimos
una baja importante”, recalcó Arias.
Hace unos años, una encuesta sobre Vulnerabilidad realizada por la Asociación Mexicana
de Uniones de Crédito del Sector Social entre mil hogares de la región del sur de México,
se detectó que la actividad agrícola es el principal riesgo de los hogares de pequeña
agricultura pluriactiva y se incrementa la vulnerabilidad conforme el hogar depende más
de esta actividad.
De esta manera, la probabilidad de ser pobre y vulnerable se incrementa conforme una
familia campesina depende más de la actividad agrícola para vivir.
Los principales riesgos de los hogares rurales que pueden causar la ruina financiera de
las familias, son la pérdida de patrimonio como tierras o activos (como vehículos o
maquinaria), el empobrecimiento permanente, la expulsión de mano de obra al extranjero
y sobreendeudamiento, entre otras.
En otros estudios de Amucss se ha constatado que los hogares rurales, en ausencia de
un mercado de seguros adecuado, buscan mitigar el riesgo agrícola de diversas maneras
aunque ineficaces, por ejemplo, almacenando granos para enfrentar crisis económicas o
diversificando cultivos –lo cual se traduce en reducción de la especialización y la
rentabilidad de cada uno–, para que en caso de tener algún siniestro en un cultivo, se
compense con la cosecha de otro.
Asimismo, en las zonas de pequeña agricultura no hay mercado de seguros agrícolas
adaptados a los pequeños productores.
De acuerdo con Isabel Cruz, especialista en microfinanzas y desarrollo rural, y directora
General de Amucss, existe una escasez de oferta y demanda. “Si no es porque el seguro
se vuelve una obligación al obtener financiamiento, no existe la demanda por seguro
agrícola. Más bien hay desconfianza, no se entiende el aseguramiento y solo cuando se

empiezan a ver algunos casos en los que funciona, se difunde a otros productores y es
ahí cuando se pueden interesar”, recalca.
Otra barrera importante para que el sector agrícola tenga acceso a los seguros es el alto
costo que tienen estos productos, ya que están diseñados sobre parámetros de
agricultores con ingresos medios y altos, pero que resultan impagables para pequeños
productores, quienes compran la mínima cobertura y al menor precio disponible con el fin
de cubrir el requisito cuando está atado al financiamiento, pero insuficiente para cubrir
alguna pérdida.
Esta situación genera, a su vez, que el seguro se vuelva una carga forzosa que no ayuda
del todo, debido a que solamente cubre un siniestro parcialmente y, además, genera otras
dificultades para los productores, como tener que buscar la manera de pagar el crédito o
recuperar o reponer la producción.
De acuerdo con el informe del segundo trimestre del programa de aseguramiento
agropecuario de la Secretaría de Hacienda, en 2019 se habían contratado 764 millones
entre fondos de aseguramiento y aseguradoras privadas, pero para 2020 se redujo 91%,
con la contratación de primas por 68.7 millones de pesos.
Por su parte, la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF) resalta que México
desarrolla una agricultura de elevado riesgo climático, en el que los principales fenómenos
que enfrentan los cultivos son sequía, exceso de lluvia, bajas temperaturas, onda cálida,
heladas y granizo.
Así que el riesgo agrícola es uno de los principales causantes de la vulnerabilidad de los
pequeños productores y hoy, las medidas de austeridad gubernamentales que pretenden
eliminar los subsidios para la contratación de seguros al sector agropecuario los pone en
una situación todavía más riesgosa.



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