El campo ante el COVID19

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El sector agroalimentario y los primeros meses del COVID-19

La pandemia de COVID-19 también ha afectado a los agricultores familiares de América Latina y el Caribe, lo cual, a su vez, definitivamente impactará en la oferta de alimentos de la región, reveló un estudio del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

De acuerdo con esta investigación, la mayoría de los agricultores familiares en la región trabaja en un marco de carencia de equipos de protección y protocolos sanitarios, mientras que enfrenta limitaciones para vender sus productos.

Esto, aunado a la baja del poder adquisitivo de los consumidores, terminará limitando la producción y traerá consecuencias sobre la oferta de alimentos básicos.

En México, la pérdida de empleos formales en el periodo marzo-junio 2020 se ha concentrado desproporcionadamente en los trabajadores de bajos niveles de ingreso. De acuerdo con los datos oficiales, 83.7 % (933,000) de todos los empleos perdidos corresponden a trabajadores que percibían entre uno y dos salarios mínimos, mientras que los sectores más afectados han sido la agricultura y la construcción.

Pero la agricultura tiene la capacidad de recuperarse y ayudar a otros sectores a levantarse tras el impacto económico del COVID-19 en al región. A mediados de julio, durante una reunión virtual de ministros y secretarios de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Desarrollo Rural de América, Julio Berdegué, representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe, apuntó que el sector agroalimentario puede ser un motor para la necesaria recuperación económica “post pandemia”.

Berdegué mencionó que es necesario reducir las inequidades en la región, acrecentadas por el coronavirus: “El hambre ha crecido a 47.7 millones de personas en 2019, y se espera que aumente a casi 67 millones para 2030, sin considerar el impacto de la pandemia. Además, nuestra región es la más cara de todo el planeta para que una persona pueda tener una dieta saludable, con un costo de casi 4 dólares por persona al día”, reveló.

“Somos una región fabulosamente productora, pero la dieta saludable queda más allá del alcance para casi 104 millones de individuos”, admitió.

 

Las dificultades que trajo el coronavirus

En la encuesta levantada por el IICA –en la que participaron 118 referentes de agricultura familiar en 29 países de América– se identificaron tres aspectos principales entre las dificultades que enfrentan los agricultores familiares.

El primero es la carencia de equipos de protección y bioseguridad que permitan trabajar bajo seguridad; el segundo, las limitaciones de transporte y distribución por restricciones de tránsito y movilidad, lo que dificulta el traslado comercial de productos, o por la merma en la disponibilidad de transportistas por medidas preventivas o por temor asociado a los riesgos de circulación y contagio.

El tercer aspecto es la dificultad de acceso a crédito para la producción y la reproducción de la unidad familiar, en un contexto en el que las facilidades financieras y medidas de apoyo de los gobiernos para amortiguar la contracción de las actividades económicas no han tenido a la agricultura familiar como prioridad.

 

El campo mexicano ante la adversidad

En México, el panorama hasta ahora ha sido positivo para el campo durante la primera etapa de la pandemia. Al menos durante los primeros cuatro meses de 2020, la producción agrícola no se detuvo y logró un crecimiento en sus exportaciones de 6.4% en comparación con el año previo, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

Las ventas en este periodo representaron 7,324 millones de dólares para México y, junto con el subsector de origen minero no petrolero, los productos agropecuarios fueron los que más mostraron una tendencia positiva en el periodo enero-abril en lo que respecta al comercio internacional mexicano.

Las ventas de estos insumos representan más de 1,764 millones de dólares, el segundo monto más elevado para un periodo similar en los últimos 28 años.

Asimismo, durante abril, para un conjunto de bienes agrícolas, se exportaron un millón 11 mil 470 toneladas, lo que equivale a un incremento a tasa anual de 4.9 %.

Entre los productos agrícolas que mostraron un mejor comportamiento en este lapso destacan el azúcar de caña, trigo y maíz blanco.